La debacle republicana

Bueno, creo que estamos todos de acuerdo. El martes fue el día de la debacle republicana. En términos generales, los demócratas se impusieron en el Congreso y el Senado y esto es un fuerte indicador de que el publico americano está cansando del estancamiento de la guerra en Irak. Lo interesante de este aspecto, es que en términos de imagen, los estadounidenses han sido mucho menos bombardeados con imágenes catastróficas de la guerra que cuando Vietnam. Esta vez muy raramente se han visto los ataúdes llegando a los pueblitos del interior del país. Las imágenes han sido muchos más incisivas en términos del día a día en el frente de batalla, Bagdad incluyendo, que en sus consecuencias en la retaguardia. Claro que todo ha sido un plan del Pentágono para no “manchar” el regreso a casa, aunque fuera en un ataúd, de los soldados. Pero no ha sido suficiente. Desde los mismos soldados que hoy día se van al frente con una laptop y una cuenta de correo electrónico, y le envían a la familia parte de guerra muy particulares, hasta los mismos periodistas separados, o independientes, de las tropas que se mueven mucho mas libremente y tienen, hasta un blog, para reportar lo que ven. Lo que es cierto es que, con una economía funcionando, razonablemente funcionando, aunque yo sigo creyendo que la administración de Bush acabó con la clase media, lo cierto es que no fue la economía lo que tuvo un impacto en el resultado electoral. Fue la guerra. ¿Qué hacer? Pues, no se me ocurre nada mejor que los republicanos entiendan de una vez por todas que tienen que trabajar con los demócratas si quieren sobrevivir en el 2008, ya que bien me temo que la paliza puede ser mayor.

Una de las cosas que Rumsfeld nunca entendió, o no quiso entender, o entendió pero no quiso dar el brazo a torcer, es que en los tiempos de internet, los blogs, y los canales de televisión por satélite en que puedes ver todo, aunque no entiendas el idioma (un bombazo es un bombazo, independientemente de quien lo provoque), es muy difícil vender la necesidad de una guerra en el otro lado del mundo. Principalmente un mundo sobre el cual se conoce muy poco. Además, la guerra es un producto que apenas se puede vender con el argumento del patriotismo cuando el campo de batalla es en el propio suelo. Por eso, el argumento tuvo éxito inmediatamente tras el 11 de septiembre, y lo máximo que los norteamericanos aceptaron fue ir a Afganistán (¿quién se acuerda hoy de Afganistán?). Pero no a Irak. Por ello, sostener un ejército en Irak, diariamente pisando la tenue frontera que existe entre “liberación” y “ocupación”, no es una forma muy apropiada de justificarle a la gente que hay que ir allí, cuando tienes problemas muy serios en casa, como la inmigración, la seguridad social (Si... la seguridad social. La guerra en Irak no resolvió el problema de la seguridad social, - ¿o no se acuerdan d4e la campana por la reforma de la seguridad social que Bush anduvo haciendo hasta hace dos años y que, de repente, desapareció del mapa? ), la caída en picada del dólar frente al euro... todas esas cosas que, de repente, las cadenas de noticias de 24 horas dejaron de hablar. Esto a nivel nacional.

En términos locales, el resultado también tuvo su reflejo. Por lo menos en Miami, en el condado Miami-Dade, los tres congresistas republicanos del patio tuvieron su peor resultado de siempre. Si a esto sumamos el hecho de que los tres demócratas eran unos ilustres desconocidos y recibieron el beneplácito de más de un tercio del electorado, veremos que las cosas no pintan muy bien para el GOP. En la noche del martes, estuve en la fiesta republicana, y el ambiente era moderadamente entusiasta. Se respiraba un ambiente de victoria pero los cuadros del partido eran moderadamente entusiastas. Algunos confidenciaron que el partido les había advertido a los candidatos que el resultado iba a ser inferior a otras ocasiones. Aun así, el sur de la Florida, en medio de todo el país, quedó como un pequeño baluarte republicano, aparentemente irreductible.