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jueves, agosto 24

El Benny

14 Comments:

Anonymous Anónimo said...

NOTA: esto es una copia de mi comentario en otra parte de este blog, que lo he copiado y puesto aqui, gracis a que rui abrió el tema del benny.
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hablando de películas, ha sido todo un éxito en cuba y en el extranjero la nueva película dedicada a benny moré, nuestro barbaro del ritmo.
y parece que en miami eso "pica" y hoy en el aniversario 87 del natalicio del benny, pues todo el mundo está hablando del sonero mayor. algunos bien, y otros metiendo la pata.
oscar haza, el internacional dominicano con ciudadania cubana por embullo, en vez de decir en su programa radial de la mañana que hoy era el dia del natalicio de bartolomé maximiliano moré, el verdadero nombre del benny, pues dijo que era el dia de su muerte.
gigante estúpido, tibor sin haza, el benny nació el 24 de agosto de 1919 y murió un 19 de febrero de 1963.
otros que botaron la pelota de la imbecilidad fue un tal alejandro rios, que se dice cronista de cine y muy informado de la realidad cinematografica de la isla, pero que fue a un programa de la hija de fidel producto de un tarro, y ambos hablaron de la película del benny como si todavía no se estuviese exhibiendo: que si la estaban retocando en unos laboratorios de europa, que si la filmaron en canada, y por ahí pa'lante. parecían dos comadres chismosas.
lo cierto es que el actor ya ha ganado hasta un premio por actuación en un festival de cine en europa dedicado a temas biográficos.
pero nada, esto es miami, para bien del Memorial Plan que continuará sembrando viejos manipulados en sus cementerios (y con descuento para quien compre el funeral pre-pagado en "Cuba Nostalgia" de Pantín y Callejas).

11:32 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Todo eso esta muy bien echale salsita, pero llamar benny al beny es una invencion de la cuba castrista, que aunque lo niega quiere en todo imitar a los americanos. EL BENY, EL BENY, EL BENY. ASI ES QUE APARECE EN LOS PRIMEROS DISCOS. Parece mentira que tu no lo sepas

12:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

anonymous, yo tengo un disco de la RCA Victor, que es un "antique" que dice "Benny". Parece que en eso no se pusieron de acuerdo.
voy a buscar en la internet a ver si hay alguna foto de la tumba del benny o beny, o mejor, NUESTRO BARBARO DEL RITMO, para ver como dice. creo que hace un tiempo encontre una foto en internet de su tumba. yo soy fanatico de toda la vida del "lajero" y de barbarito diez, no obstante yo ser relativamente joven.
tuve el privilegio de conocer a barbartito en una de sus visitas a miami para visitar al hijo a mediados de 1980, y me invitaron a una reunión (bbq, etc) en casa de unos amigos comunes para conocerlo. converse mucho con él, y se sorprendió de cómo yo sabía de sus canciones. le dije que se lo agradecía a mi abuela. y en el medio de la conversación hasta cantamos un pedacito de "longina seductora" y lo tengo en un video.
experiencia única. cuanto siento no haber conocido al bárbaro del ritmo. me pasó como a oscar d'león, el salsero venezolano, que ama la música del nuestro.
pero volviendo al benny o beny, voy a buscar informacion sobre eso del nombre.
y lo pondré aquí.

12:33 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

anonymous, buscando en la internet puedes encontrar la tumba del benny o beny en este web site: http://www.azurina.cult.cu/out_sites/patrim/museos/LAJAS/index.htm
que es el de Santa isabel de las lajas.
como te comentaba, hay diferencias en cuanto a cómo escribir su nombre.
por ejemplo:
- la tumba dice Benny More.
- hay discos que dicen Beny More o Benny More.
- en este mismo web te vas a encontrar un disco de oro que le dio la RCA Victor por la canción "se te cayó el tabaco" y dice "Beny More y su Orq.".
- Hay también un premio postumo que le entregó la RCA Victor a la hija en el 2001 (por el centenario de la RCA Victor) honrando a sus mejores artistas en su centenario, y también dice "Beny Moré".
así que habrá que seguir averiguando. yo le mandé un e-mail al museo benny more a traves del propio web para ver que me dicen sobre este tema.
espero esta información te resulte interesante.
pero lo más importante: QU VIVA EL BENNY, BENY Y TODA SU MUSICA!!!
Y QUE VIVA CUBA!!!

1:40 a. m.  
Blogger Parlanchín said...

El articulo de France Press sobre Beny More que aparece en El Herald de hoy se refiere a el como "...Beny Moré, el más grande músico de la isla,".

Por favor!... por mucho que nos guste, y yo estoy incluido, ese apelativo se podria usar con mejor tino con respecto a Lecuona, Gonzalo Roig o a un sin numero de otros musicos de mucho mayor envergadura antes de asignarselo al Beny.

8:23 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

parlanchin, como no son periodistas cubanos, pues seguro omitieron la palabra "popular", que es como siempre se menciona al beny (el mas grande sonero o cantante popular que ha dado cuba).
pero esas pifias idiomaticas son "perdonables" por llamarlas de alguna manera.
estoy seguro que a muchos amantes de la musica popular no les gusta el beny, al igual que hay amantes de la musica "culta" o menos popular que no les interesa lecuona o roig.
te hago esta historia que fue real: allá por 1980 y 1982, el director de orquesta cubano residente en miami alfredo munar, dirigió un concierto sinfónico con una famosa orquesta en el entonces performing arts de miami beach, hoy jackie gleason, y la orquesta que venía precedida de tremenda fama (creo que era de londres), sonó tan horrible bajo la batuta de munar, que el crítico de música clásica de the miami herald en ese entonces, escribió en su crónica que la sinfónica sonaba como una orquestica de esas que antes acompañaban a las ferias por los pueblos de estados unidos bajo la dirección de munar.
te imaginaras que el diario las américas salieron como 700 historias a favor de munar (la mayoría de gente que no sabía un carajo de música, pero habían "atacado" a un cubano).
por ejemplo, a mi los cantantes de ahora, y soy joven, no me interesan. son horribles, no cantan, todo es brincos, poses, ruido, las mujeres enseñando "la merienda" y todos cuando abren la boca en las entrevistas lo que tienen en el cerebro es mierda pura. empiezo por la talia, sigo con la shakira, luis miguel, el juanes y por ahi pa'llá toda esa comparsa.
déjame con los oldiest de los 60, 70 y 80 en español e inglés. y con beny, barbarito, celia, roberto faz, celina y reutilio, laserie, barroso, manzanero, rafael, etc... por ejemplo, yo no pago ni 25 centavos por ver cantar a julio iglesias o gloria estefan, aunque me rgalen el ticket.
pero volviendo al lajero, lo importante que yo veo en todo esto es que la agencia francesa de prensa esté reconociendo a una figura cubana, y en este caso el beny, benny o el bárbaro del ritmo.
viva cuba!!!

7:10 p. m.  
Blogger Rui said...

Para que ven como son las cosas. He estado leyendo toda la polémica sobre si el Benny es Beny o Benny, y me percato que lo escribí como Benny en el titulo y les explico el por qué. Resulta que, como todo extranjero, yo me enteré del Bárbaro del Ritmo llegando a Cuba y, casi al instante, su música se volvió, al menos en mi casa “the number one hit”. La tengo en el carro, I-Pod, casa en Lisboa y hasta en la de mi hermano en Evora, un pueblito al sur de Lisboa, hay discos míos de él, listos para cuando llegue. A mi me contaron en La Habana – creo que fue Helio Orovio, y si no lo fue, que me disculpe él y la otra persona con quién lo estoy confundiendo, pudiera ser Leonardo Acosta (a quien debo mucho de mi modesta cultura musical cubana) – que originalmente el Beny se escribía con una sola “n”, pero a raíz de comenzar a grabar en Estados Unidos, por iniciativa de su productora de entonces – la RCA Victor, si no me equivoco – decidieron agregar una segunda “n” y así quedó: “Benny Moré”.

9:20 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

debe andar la cosa por ahí, porque hay discos de la RCA Victor que dicen Beny y otros Benny.
y sí, es cierto, elio orovio y leonardo acosta son dos instituciones de la historiografia de la música cubana.
fijate si es así, que cuando los Estefan se vieron entre la espada y la pared por la demanda que les puso eddie palmieri por plagio, estos patriotas verticales trajeron de cuba a elio orovio para testificar en el juicio como un experto musical y le ganaron a palmieri.
esa noticia, claro está, hizo mutis por el foro en miami. pasó inadvertida. creo que the herald lo publicó pero inmediatamente se hizo silencio.
caballero don dinero!

12:01 a. m.  
Blogger Rui said...

Es cierto, y sé de eso en dos oportunidades (ya comienzo a contar mis memorias): Escribí sobre ese viaje de Orovio a Miami en un reportaje de ABC de Madrid y, en diciembre de 1997 me lo encontré en un restaurante en divisas en La Habana, lateral a la calle Línea y 15 (cerca del Rancho Luna) consumiendo – para bien de él – con esas “piastras” que le pagó Emilio. Me dijo, y recuerdo verlo, como si fuera ahora mismo, de pié al lado de una mulata (que no me presentó) disfrutando de un helado. “Rui, me fue bien en Miami”, me dijo. Ya lo creo.

2:05 a. m.  
Blogger Unknown said...

Quiero decir en primer lugar que estoy de acuerdo totalmente con Echale Salsita por su comentario que es muy real y acertado. No hay buena musica hoy.

De lo unico que me gradue en mi vida fue de Violinista ( ademas de Artes y Letras en Cuba) y es la realidad. Hoy se "fabrican cantantes" y si algunos de ustedes ha estado en un estudio de grabacion recientemente se dara cuenta que el cantante no importa que este "atrasado o adelantado" porque todo eso se arregla en las computers. En fin, una "desgracia" pero todo es billete y cifarras.

Sobre el Benny ( o Beny) quien dijo que era musico cometio un error. No era musico. Jamas y nunca en su vida estudio musica ni pudo leerla. Pero tenia ideas que explicaba a sus musicos y arreglistas que eran llevadas al pentagrama cuando el "tarareaba" lo que deseaba. Tenia idea para eso. Era un don muy natural en el y los musicos que le rodeaban sanian interpretar lo que el deseaba porque ademas, compuso algunas cosas que el mismo canto.

Y tampoco podemos clasificar a Lecuona ni a Roig de "musicos" propiamente aunque lo eran logicamente, pero se destaracon como compositores o directores que dejaron una huella en la musica Cubana. Roig era ademas Violinista y tambien fue director de la banda municipal de conciertos de La Habana .

2:56 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

leonel remigio, es un honor para nosotros que usted nos honre con su participación en este intercambio que hemos sostenido por los últimos dias.
lo que usted menciona sobre el talento natural del benny, sin nunca haber estudiado música, yo lo escribí, pero aparentemente lo borré sin darme cuenta y no apareció en el blog. igualmente mencionaba la forma de dirigir la banda con esos movimientos raros y sonidos vocales únicos que indicaban las entradas y salidas de sus músicos.
casualmente ayer me deleitaba viendo en la tv cubana por internet, unas grabaciones del benny en distintos lugares de cuba, y mientras más lo veo, más me identifico con ese personaje. también entrevistaron a la hija que fue algo bien emocionante. la hija dice que ella no se ha separado de su padre aún después de muerto. comentaba cómo ella sale al patio de "el conuco", la casa donde vivía el benny en las afueras de la habana en el barrio "la cumbre" con su familia, y ella lo siente allí tocando la guitarra, comiendo con sus amigos...
estos peleles de hoy no le llegan al benny ni a la suela de los zapatos.
cuantos hombres y mujeres, jóvenes o adultos, con ecelentes voces viven en el anonimato?
ah, pero no tienen cuerpos y caras. son gorditos, feos en muchos casos, con acné juvenil, y eso "no vende" cd.

9:28 a. m.  
Blogger Parlanchín said...

echale salsita.... muy de acuerdo contigo en cuanto a lo que a musica se refiere.. y hablando de musicos viviendo en el anononimato, que te parece esto? http://media.skoopy.com/vids/vid_01235.wmv

11:05 a. m.  
Blogger Rui said...

Que bueno que Lionel se ha incorporado. Bienvenido.

3:25 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

esta es la entrevista de bladimir zamora cespedes a la hija del benny.
pueden ir al web page que les doy a continuación para que vean fotos y hasta escuchen 5 canciones que el benny grabó muy rusticamente con una grabadora unas semanas antes de morir en el patio de su casa, el "conuco".
que lo disfruten.

http://www.lajiribilla.cu/2006/n274_08.html

Mi papá está en el patio
Por Bladimir Zamora Céspedes • La Habana
Fotos: Richard Pérez de la Rionda

Hilda Moré es la única hija de Benny que puede dar fe de quién era él en su cotidianidad. Nacida en 1943, dejó de verlo cuando apenas tenía uso de razón, pero una vez que nuestro músico grande regresó de México, a inicios de la década del 50, se mantuvo bajo su mismo techo todo el tiempo que él vivió. Hace varios años que no la veía, por eso fue muy grato dar con ella en el lobby del cine Charles Chaplin el día de la premier de la película El Benny. Tenía el mismo semblante tímido y emocionado de aquel día que vio por primera vez a su padre haciendo de las suyas en un baile popular. Me confesó que a última hora no quería entrar a la sala de proyecciones. Tenía miedo de que entre su Benny particular y el que se representara en el filme hubiera contradicción. La conminaron familiarmente a entrar y salió con los ojos húmedos dando fe de que lo que se muestra en la cinta dirigida por Jorge Luis Sánchez reprenda el espíritu esencial de su padre, aunque por supuesto, Bartolomé Maximiliano Moré en intensidad y extensión hizo muchas más cosas que las que aparecen en El Benny. Justo por esa aseveración de ella acabo de visitarla en la casa del reparto La Cumbre, la misma donde su padre armara su conuco. Con la vista puesta entre las cañas y los plátanos nuevos que allí crecen, me pareció oportuno proponerle a Hilda la reaparición de la entrevista que le hice en el verano de 1999, para que los espectadores de la película, presuntos lectores de La Jiribilla, adviertan cómo dialoga su testimonio con El Benny que se mueve en los cines de estreno.


Todavía cuando visité las primeras veces la casa de Benny Moré en el reparto La Cumbre, de San Miguel del Padrón, ignoraba que además de sus dos hijas menores, Bárbara y Lázara, había otra hija de él viviendo en Cuba. Fue Pedro Moré, hermano de nuestro gran sonero, quien me habló de la hija mayor, Hilda, que vive en la ciudad de Cienfuegos. Poco tiempo después la conocí allí, en la misma casa en la cual vivió varios años al cuidado de su padre. Es una mujer a la par humilde y dulce. Seduce a su interlocutor con la sobrecogedora sencillez de su relato. Una tarde veraniega de 1999, ella me regaló un poco de su memoria, mientras nos cobijábamos bajo el frondoso mango del mismo patio donde el Bárbaro del Ritmo sembró viandas y canciones.




Yo soy Hilda, la hija mayor de Benny Moré. Mi mamá se llamaba Celia Ponce. Nací el 23 de junio de 1943. Cuando mi papá se fue a México yo tenía dos años. Lo conocí personalmente cuando ya iba a cumplir nueve años. Hasta entonces solo lo conocía por fotos, que mi abuela Virginia me entregaba según él las enviaba de México, y yo las ponía en una pared de mi casa.

La ausencia física de mi padre me causó una verdadera obsesión, que era alimentada por los continuos comentarios de mi abuela. Aunque nací en casa de mi bisabuela paterna, al separarse mis padres mi madre volvió para la casa de sus familiares y yo con ella, claro. Allí estaba yo un día y llegó muy apurada abuela Virginia. Corre Hildita, dijo. Llegó tu papá. Fuimos lo más rápido que pudimos a su encuentro. Llegamos a la casa y había una rueda en la sala: hombres, mujeres, familia, amigos... Mi abuela con picardía me miró: Mira a ver si tú sabes entre toda la gente que está aquí, cuál es tu padre. Yo corrí y me eché en los brazos de él. Me besó mucho y me apretó fuerte.

Y después, aunque estaba en Cuba, no lo podía ver con frecuencia. Yo seguía viviendo en Lajas y él andaba lo mismo en Santiago que en La Habana, cumpliendo sus contratos. Después de su regreso tuvo un primer matrimonio, del cual nacieron dos varones, que hace muchos años viven en Venezuela. Se divorció y se volvió a casar con Eraida Castillo cuando yo tenía once años. Entonces fue y habló con mi madre para traerme a vivir con él. Ella, madre al fin, no quería. Pero a mí me dio un ataque de llanto tan grande que no se terminó hasta no escuchar a mi madre diciendo: Llévatela. El primer lugar donde viví aquí con mi papá y su esposa fue Centro Habana. En Oquendo 1051. Esto ocurrió en junio del 54, unos días antes de nacer Cuty, que es el hijo varón del último matrimonio de papi.

En ese momento hacía muy poco que él había creado la Banda Gigante. Recuerdo a Cabrerita el pianista, Chocolate el trompeta, Musiquito el saxofón, y también Generoso, Corbacho y otros más que venían por la casa. Así conocí el ambiente que rodeaba a mi papá. Siempre estaba la casa llena de gente. Amanecía y ya estaban tocando. También vivimos en la calle 3ra del reparto Dolores, al lado del reparto La Cumbre, que es donde se encuentra esta casa. Después vinimos para acá y cumplí los quince años.

Aquí en La Cumbre había mucho público a diario. A partir de las diez de la mañana comenzaba el desfile de músicos y compositores. Y eso que aquí no había teléfono. Creo que él nunca lo quiso poner para evitar más molestias todavía.

Hay quienes piensan que mi padre, por razones de trabajo, se ocupó poco de los suyos. En particular de los hijos. Y fue todo lo contrario. Fíjate que nos llegó a tener, menos a la hija mexicana, a todos los demás en esta casa. Sería allá por el 60 ó 61.Trajo a los dos varones mayores de Marianao, Cuty que estaba muy chiquito y yo. Como era la mayor, cuidaba de ellos. Todavía no habían nacido ni Barbarita ni Lazarita.

No creas que porque mi padre era hombre de música, de clubes, de la farándula, me permitía muchas cosas. Me llevaba bastante tenso. No me dejaba relacionarme fácilmente con otros muchachos de mi edad. Del portal para afuera no podía ir. Le pedía permiso para visitar una amiga que vivía en la otra cuadra, y otra en Dolores. Si era mi día de suerte me lo concedía. Entonces me embullaba y al otro día le volvía a pedir permiso. No, todos los días no puede ser y no puedes estar visitando casas ajenas. Por esto y por lo otro. Me sentaba en sus piernas y me daba unas charlas que me convencían. Él era muy celoso con la familia.

Sí, también se preocupaba por nuestros estudios. Yo incluso estuve estudiando música. Por no escribir la dejé. Me gustaba la práctica, no la teoría. Cuty y yo íbamos a una escuelita que estaba en el reparto Dolores y la maestra apenas escribía en la pizarra, casi todo lo dictaba. Muy frecuentemente me quedaba atrás y cuando iba a mi libreta casi no tenía nada, mientras los demás tenían hojas y hojas. Ahí vino mi desencanto. No quiero volver, papi, le dije, es que siempre me quedo atrás. Él era un padre muy complaciente. Bueno, mijita, si tú no quieres, no sigas. Hoy me pesa mucho porque de verdad me encantaba el piano. A mis cuatro hijos, según han llegado a la edad, los he puesto a estudiarlo, pero tampoco he tenido suerte.

Yo que estuve compartiendo con él como hija, bajo el mismo techo, durante diez años, te digo que es verdad, aunque algunos lo duden: en sus últimos dos años no bebió alcohol. Cuando se le produjo un gran ataque al hígado, el médico advirtió que para vivir un poco más tenía que dejar el trago. Y lo dejó. A partir de ese momento, cuando estaba en la casa, se concentró en su conuco, sembrando y recogiendo. Sin embargo, la casa siguió llena de gente. Titi, cocina bastante, le decía a Eraida, que todo el que llegue tiene que almorzar. Esta mesa de hormigón revestida de mármol se hizo aquí en el patio con el propósito de tener más amplitud para los invitados. En cuanto llegaban las visitas, sacaba las bebidas o las mandaba a buscar. Sacaba la guitarra como siempre, pero ni un trago.

Imagínate, aquí venía mucha gente, pero yo recuerdo muy especialmente a Siro y Cueto, los del Trío Matamoros. Casi siempre que ellos venían, Siro y mi papá cantaban a dúo “Los Mirlos”. Era como para iniciar la reunión. Eso no fallaba.

No pude ver a mi papá cantando tanto como me hubiera gustado. Antes de que viniera de México, mi abuela me hablaba de sus éxitos allá y me daba recortes de periódicos donde él salía, que también ponía en aquella pared junto a las fotos... Pero no lo había oído nunca antes de su regreso. La primera vez fue en un programa de televisión. Como no todos teníamos televisor, asistíamos a la Sociedad Unión Lajera, donde iban los negros. Tal vez tendría otro nombre, pero no lo recuerdo. Era un programa que patrocinaba el refresco Jupiña. Ay, yo sentí una emoción tan grande y un enorme orgullo de ser hija de él. Cantando ahí, que yo lo estuviera disfrutando en persona... La primera vez fue allá en nuestro pueblo, en las Fiestas del Lajero Ausente. Lo habían hecho Hijo Predilecto de Lajas y él estuvo allí con la Banda, fue por los días de mi cumpleaños y en la oportunidad que le pidió permiso a mi mamá, para traerme con él. Ya estando en La Habana, no fueron muchas veces que lo vi cantar en fiestas, porque a él no le gustaba llevarnos.

Aunque no desconocíamos que estaba enfermo, los más cercanos a él no pensábamos que se nos moriría tan rápido. O para qué te voy a decir otra cosa, no pensábamos que se iba a morir. Eraida y yo nunca pensamos que papi estaba al borde de la muerte. El doctor Luis Ruiz, que era quien lo atendía, además de dejar el trago le había recomendado no pasar malas noches. Pero él, después de tantos años de fiesta en fiesta, tenía el día cambiado con la noche. Dormía hasta el mediodía y después era corrido hasta el amanecer del otro día. En los últimos tiempos de su enfermedad veíamos que a diario el doctor Ruiz y Dominguito Ramírez, el enfermero, llegaban como a las ocho y pico de la noche a la casa. Allí ya estaban Israel Castellanos, el chofer, y mi tío Pedro (Papo, como le llamamos) que también vivía con nosotros, y al ratico se ponían a jugar dominó hasta muy tarde en la noche.

Eraida y yo sentíamos odio porque no dejaban dormir a papi sabiendo que estaba enfermo, ya muy delgado, y no lo dejaban descansar. Aunque no le hacíamos ningún feo a esta gente, nos poníamos muy molestas con el asunto del dominó. Después que muere, el médico nos explicó: Ustedes sabían que él tenía el horario trocado. Para que él no sintiera el rigor de aquella enfermedad que lo había apartado de sus gustos y de su profesión (ya no trabajaba cabarés, sino un baile o algo así, porque se lo prohibí, nos recordó), el dominó fue lo único que se me ocurrió para entretenerlo. Yo sé que ustedes estaban molestas conmigo, concluyó con una sonrisa comprensiva.

Hubiera querido darme cuenta bien claro de la situación, para haber hecho, no sé, todo lo posible por él. Siempre me decía que lo único que le faltaba para morirse tranquilo, era tener un nieto. Si yo llego a saber que estaba tan cerca de la muerte, se lo hubiera dado, pero era demasiado joven. Incluso por poco me caso antes de su muerte. Me iba a casar el 4 de diciembre del 62. El anuncio salió en periódicos y todo, pero mi novio y yo nos peleamos por un mal entendido. Él estaba allá en Cienfuegos y yo aquí. Venía cada quince días a visitarme. Entonces alguien me mandó a decir que tenía otra novia. Y ya, cogí la primera y me peleé, pero con ese mismo hombre me casé un año y pico después. Era el hombre de mi vida, como dicen en las novelas o en las películas.




Por los comentarios de aquellos días o por lo que después se ha escrito, se conoce ampliamente que mi papá estaba en Palmira, un pueblo muy cerca de Lajas, amenizando un baile, y tuvo que interrumpir la actuación porque se puso muy malo. Pero mucha gente piensa que al llegar a La Habana inmediatamente lo internan en el Hospital de Emergencias. Y no fue así. Salieron de Palmira esa noche y él pidió que lo trajeran para aquí, para la casa, donde llegó al amanecer del 16 de febrero, si mal no recuerdo.

Te voy a contar algo que me sucedió unos quince días antes de esa fecha. Esto nadie me lo va a creer, pero la difunta Eraida Castillo fue testigo. Yo había soñado la muerte de mi padre, tal y como sucedió. En el sueño sentí que en la puerta de la casa, el chofer tocaba con una llave. Es un sonido muy característico, porque la puerta es de cristal. Y yo decía, eh y por qué papi no abre la puerta. Pensé que le pasaba algo y bajé corriendo las escaleras. Abrí la puerta y vi que a mi papá lo sacaban del carro medio desmadejado y lo sentaban en su sillón preferido al lado de la puerta. Se le veía muy mal y muere. Despierto sobresaltada y voy a la carrera a contarle el sueño a mi madrastra. No, Hilda, no llores, me trata de consolar ella. Eso es salud para él. Eso es lo que decían antiguamente los viejos cuando uno soñaba semejantes cosas. Entonces dejé de llorar y me olvidé de aquello. A los quince días del sueño, cuando sentí que tocaban en la puerta con la llave, como lo había soñado, ya no había que decirme nada más. Volé por las escaleras, ahora en realidad. Abrí la puerta y traían a mi padre medio desmadejado.

A partir de entonces no pudimos más con la angustia. Llegó muy decaído. Lo tuvieron que ayudar a subir las escaleras para subir a su cuarto. No obstante, estuvo todo el tiempo, hasta que perdió el conocimiento, haciendo chistes y cuentos. Todo el mundo riéndose, inclusive los que sabían lo que pasaba, sin querer, se reían. Mi papá tenía mucha gracia para los cuentos. Si imitaba a una persona que tú conocías, cuando lo veías reproducir los gestos, la manera de caminar... tú estabas viendo a esa persona. Como para quitarnos la preocupación, ahí ya en la cama, se mantuvo haciendo chistes y cuentos, hasta que se durmió. A pesar de mi inexperiencia me extrañó el ronquido. Del sueño pasó a la inconciencia y fue cuando se lo llevaron al Hospital de Emergencias, donde murió el 19 de febrero de 1963.

Nos enteramos de su muerte por la gente. Enseguida se empezó a llenar la casa. Allí estábamos tía Esther, una hermana de Eraida, otros familiares que habían llegado de Lajas cuando se enteraron del ingreso... Al ver tanta gente, pensamos lo malo. Yo no te sé decir cómo llegué a Emergencias. Salí por esa puerta... Mucho después recordé que una amiga consiguió un carro y me llevó hasta allá. Entré a una habitación donde lo tenían acostado sobre una mesa. Fue para mí terrible. La primera persona muy querida por mí, a quien viera hecha un cadáver.

Fue muy difícil adaptarse a la idea de su muerte. No podía oír su música. Aquí en la casa no poníamos nada de eso. Si de pronto desde la casa de un vecino salía sonando su voz, eran horas y horas de llanto. Me costó mucho trabajo admitir que mi papá estaba muerto. Ya después, con el paso del tiempo, uno se resigna pero todavía sucede y la mayoría de las veces, si hablo de él, termino llorando. Ahora, en cambio, me gusta mucho oírlo, en la radio, en las casas, en las plazas abiertas como si él estuviera tocando allí... saber que no lo olvidan, que nunca pasa por alto la fecha de su nacimiento o de su muerte. Me llena de orgullo y estoy muy agradecida por eso. Cuando escucho a alguien (que no sabe quién soy yo) hablar de él, enseguida pongo asunto, a ver qué dicen de mi papá. Si es a favor o en contra. Siempre, por lo general, es a favor. Yo me sonrío cuando escucho esos comentarios y la gente no sabe la razón. Los menores de mi familia tampoco se cansan de escucharlo. Tengo, por suerte un nieto a quien, desde que se empezó a parar, le he dicho cada vez que se oye por la radio o sale en la pantalla: ese es tu abuelo, y ya él solo sabe identificarlo. Cuando lo escucha o lo ve, sale diciendo: abuelo, abuelo. Creo que después de poner a todos mis hijos en estudios de música, quien va a salir con una profesión como su abuelo es ese. Ya se sabe muchas de las canciones de mi padre y creo que tiene una voz potente.

Cada vez que regreso a esta casa me pongo a recordar las andanzas de mi papá por aquí. Aquí en el patio tenía unas cuantas jaulas de pájaros. Tenía negritos, tenía... te mentiría si te dijera ahora qué clase eran, pero había uno que silbaba un danzón. Cuando se levantaba bajaba las escaleras, pasaba al baño y después cogía sus pajaritos. Los sacaba, limpiaba las jaulas y les ponía comida.

Ya más tarde, aquí también en el patio, se ponía a entonar canciones, algunas que nunca salieron en discos. Durante los últimos tiempos se puso a grabar en un aparato que él tenía aquí, todos sus números, para que sus hijos los oyeran cuando él se muriera.

¿De verdad, te interesa saber cuáles eran las comidas preferidas de mi padre? Como a todos, le gustaban muchas cosas. Pero así, normalmente, le gustaba mucho la sopa, que Eraida le hiciera sopa y comérsela en una fuentecita honda. Una fuente llena de sopa. También le gustaba mucho la jutía, el conejo y las ancas de rana... el cerdo no lo comía mucho. Más bien lo hacía para los demás. Cuando esta casa estaba llena, plantaba allí dos bloques y encima un caldero inmenso, donde empezaba a freír chicharrones y masas de cerdo. El plátano burro lo freía entero dentro de la carne de puerco. Y de eso no probaba ni bocado.

Él tampoco almorzaba a la hora normal. Cuando se levantaba no comía nada. Ya después, estando enfermo, sí hacía una cosa que a él le gustaba, o lo hacía por cuestión de salud: dos huevos pasados por agua, con un poquito de aceite, sal y unos dientes de ajo. Se los comía y ya. Hasta por la tarde, casi anocheciendo, almorzaba. Y muy tarde en la noche comía.

No, lo del conuco no es fantasía. Él tenía un hombre que le chapeaba, pero personalmente le gustaba sembrar el tomate y el ají. Tenía cañas sembradas y cuando estaban más lindas las cortaba, las pelaba y venía y me decía: mira Hildita, come. El plátano, si ya estaba a punto, él mismo cortaba el racimo.




Cuando Hilda, la hija mayor de Benny me estaba acabando de regalar esos valiosos trozos de su memoria, era el tránsito dramático de la tarde que no quiere despedirse, a la noche, segura de que podrá en unos cuantos minutos hacerse dueña de todo. Allí vivían todavía entonces sus hermanas, que nos miraban a media distancia con interrogación.

Dos años después de la muerte de mi padre me fui de esta casa, a donde en realidad siempre querría vivir. Me casé y me fui. Regresar y no encontrarlo me costó mucha tristeza. Todavía es terrible. Yo llego a la casa, saludo a los que encuentro y vengo directo para el patio. El patio es lo que más me recuerda a mi papá. Mientras estoy en el patio es como si lo viera. Puedo encontrarlo dentro de la casa, pero sobre todo en el patio. Aquí mismo, atendiendo a las visitas, alrededor de esta misma mesa. Cantaba, cogía la guitarra, siempre en el patio. Aquí, o más allá, pero siempre en el patio. Las muchachitas, Barbarita y Lazarita, me dicen: El patio te hala. Siempre te vemos en el patio. Sí, el patio de esta casa me hala. Mi papá está en el patio. A veces me parece que lo voy a ver, pero todavía no he tenido la suerte.

4:56 p. m.  

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