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sábado, mayo 20

El café cubano

La cadena Starbucks anunció ayer que piensa abrir varios establecimientos en la ciudad de Hialeah y un artículo que publicamos hoy me da la oportunidad de reflexionar sobre algo que siempre me ha llamado la atención. Dice uno de los entrevistados que Starbucks está condenado al fracaso en Hialeah porque no venden "café cubano". Permítanme recordar que, si Starbucks se decide a vender café cubano, el Departamento del Tesoro le cae arriba porque existe una cosa que se llama embargo comercial a Cuba que prohíbe las importaciones de productos de la isla. A mi, el embargo siempre me llamó la atención, porque si bien como me explican mis amigos republicanos, es apenas "un instrumento" anticastrista, sé por mi experiencia de 15 años en Cuba que es muy poco efectivo, sirve si acaso como "instrumento" de propaganda. Particularmente en los últimos años en que gracias a licencias atribuidas por la Casa Blanca de George W. Bush, la isla se ha convertido en el socio comercial número 47 de Estados Unidos y Estados Unidos en el octavo país abastecedor de Cuba. Es obvio que cuando se habla de café cubano, un expresso batido con azúcar, nos referimos al "estilo" de café no al producto en si. Pero vale la pena reflexionar sobre porqué los brasileños pueden comprar arroz Tio João en los supermercados Publix donde, además los colombianos consiguen arepas del Valle del Cauca, los españoles chorizos de Galicia y hasta los italianos vino de Cantabria, y los cubanos no pueden comprar café de su país, pese a que en todas las tiendas de discos adquieren, sin restricciones, CD’s de los más populares cantantes de la isla. Al lector, le recomiendo que no se preocupe. Starbucks ya vende café expresso y lo más probable es que en Hialeah haga lo mismo que McDonald’s hizo en su establecimiento de la Calle Ocho, donde le añadió café, al estilo cubano, a su menú.